Y un día me convertí en su tristeza
En la causa de su infortunio,
En su pena,
En su sufrimiento.
El chavon que sus lágrimas juntó
Cuando lloraba por la tristeza que un viejo amor provocó, se volvió lo peor.
Se olvidó de los buenos momentos,
De los abrazos que necesitó,
Del lugar donde sentía tranquilidad.
¡Se olvidó!
Se convenció de que esas cosas buenas nunca existieron.
¿Por qué? se preguntarán,
Su corazón sanó y no me necesitó más.
Tuvo tiempo de que sus ojos vieran algo
Más interesante, una nueva distracción.
Necesitaba deshacerse de mí,
Del idiota que la sanó, sin sentir culpa.
Me convirtió en su terror y así logró escapar.
Soy un idiota útil y un verdadero estúpido.
Porque no la puedo odiar, no la dejo de amar.
MHR
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